ACTIVIDADES PARA PRIMER GRADO
1) Vemos y escuchamos atentamente el video.
2) En una hoja dibujamos las partes de la computadora que nos nombra la canción.
3) Con la ayuda de un adulto escribimos el nombre de al menos una de las partes de la computadora.
ACTIVIDADES PARA SEGUNDO GRADO
1) Vemos y escuchamos atentamente el video.
2) En una hoja dibujamos las partes de la computadora que se nombran en la canción.
3) En la hoja que realizamos el dibujo pensamos y escribimos todas las partes de la computadora que escuchamos en la canción (si es necesario pedimos ayuda a un adulto)
ACTIVIDADES PARA TERCER GRADO
1) Vemos y escuchamos atentamente el video.
2) En una hoja copiamos y respondemos las siguientes preguntas.
A) ¿Para qué se inventaron las computadoras?
B) ¿Que partes de la computadora escuchamos en el video? las escribimos en la hoja
C) ¿Que cosas NO debemos hacer para cuidar la computadora?
D) Realizamos un dibujo de lo que más nos gustó ver en el video.
ACTIVIDADES PARA CUARTO GRADO
Leemos el siguiente cuento
Diego tenía muchas ganas de probar el pastel de chocolate que su mamá estaba preparando para la fiesta de cumpleaños de tío Pedro. Tío Pedro era el tío favorito de Diego.
Tío Pedro era un tipo muy peculiar. Se pasaba el día encerrado en un viejo pajar al que llamaba su "superlaboratorio ultrasecreto". Nadie sabía muy bien qué hacía allí, aunque era mejor no entrar, por si acaso. Por lo que se podía oír, ver e incluso oler desde fuera en aquel lugar podía pasar cualquier cosa.
-Diego, deja de merodear por aquí -dijo mamá-. No vas a probar la tarta hasta mañana.
Pero a Diego eso de esperar no le hacía ninguna gracia, así que, cuando su madre se fue de la cocina, Diego aprovechó para colarse y abrir la heladera.
-¡Vaya, qué alta está la tarta! -pensó Diego-. Tendré que usar algo para subirme.
Diego agarró una silla y se subió a ella para poder llegar con el dedo y untarlo de chocolate. Pero justo cuando iba a tocar la tarta, la silla se cerró. Del susto Diego se agarró con las dos manos a la tarta. Eso no evitó que se cayera al suelo… con tarta y todo.
-¡Oh, no! -se lamentó Diego-. ¿Qué voy a hacer ahora?
En ese momento entró tío Pedro en la cocina.
-¿Qué ha pasado aquí? -preguntó.
Diego le contó lo que había hecho, entre llantos y lamentos.
-Tengo justo lo que necesitas -dijo tío Pedro-. La verdad, no sé si funcionará, pero esta me parece la ocasión perfecta para probar mi nuevo invento.
-Esto solo se arregla rebobinando la historia -dijo Diego.
-Eso es justo lo que vamos a hacer -dijo tío Pedro-. Vamos a volver al pasado.
-Eso es imposible, tío Pedro -dijo Diego.
-Bueno, si no lo probamos nunca sabremos si funciona -dijo tío Pedro.
Los dos fueron al superlaboratorio. Tío Pedro estaba ansioso por probar la máquina del tiempo que había fabricado.
-Esto funciona así, o al menos eso creo -dijo tío Pedro-. Siéntate en la máquina, mírate en el espejo y gira el volante hacia la izquierda, justo hasta el momento en que decides abrir la heladera. Cuando llegues ahí cierra los ojos e imagina lo que deberías haber hecho.
-¿Agarrar una silla que no sea plegable para que no se me cierre? -preguntó Diego.
Tío Pedro miró con gesto torcido a su sobrino.
-Bueno, bueno, ya lo entendí -dijo Diego-. Nada de abrir la heladera para intentar probar la tarta.
-Es eso, Diego -dijo tío Pedro-. En vez de agarrar la silla ven aquí y siéntate donde estas ahora. Cuando estés sentado mírate en el espejo. No se verá nada, porque el espejo no refleja el pasado ni el futuro, solo el presente. Entonces, gira el volante hacia la derecha hasta que te veas. Así sabrás que has regresado y que todo está arreglado.
-Ya, ya, de acuerdo. Pero súbete y empieza antes de que venga tu madre, que si nos pilla entonces no habrá nada que hacer.
Diego hizo lo que su tío le dijo. En cuestión de cinco minutos se bajó de la máquina.
-Creo que esto ya está -dijo Diego-. ¿Cómo lo comprobamos?
-Vamos a ver la heladera -dijo tío Pedro.
Diego y tío Pedro fueron a la cocina, pero justo cuando abrían la heladera llegó mamá.
-Si le ponen un dedo a la tarta se suspenderá la fiesta -dijo mamá.
-Tranquila, mamá, solo comprobábamos que nadie había estropeado tu fantástico trabajo -dijo Diego, mientras salía de la cocina con su tío de la mano.
Cuando estuvieron fuera, el niño dijo:
-Ha funcionado. Muchas gracias, tío Pedro, te debo una.
-No hay de qué, Diego. Pero procura no volver a desobedecer a tu madre. Puede que la próxima vez no tenga arreglo.
-No te preocupes. Te lo prometo.
FIN
1) En una hoja copiamos y respondemos las siguientes preguntas.
A) ¿Por qué se lamentaba y lloraba Diego?
B) ¿Crees que con la tecnología que avanza día a día en algún momento se llegue a inventar una maquina del tiempo?
C) ¿Que harías si tuvieras la máquina del tiempo?
ACTIVIDADES PARA QUINTO GRADO
Leemos el siguiente cuento.
Había una vez un inventor, llamado Antonio, que tenía una fábrica de velas.
Por aquella época la gente se comunicaba por carta. Cuando necesitaban enviar un mensaje urgente, iban a la oficina a enviar un telegrama. Para ello usaban un invento llamado telégrafo, que transmitía unas señales eléctricas usando un código especial llamado "código morse" que parecían puntitos y rayas.
Un día, la esposa de Antonio se puso muy enferma. Antonio no quería dejar sola a su mujer, pero tenía que ir trabajar a su fábrica. Así que se pasó días pensando en cómo solucionar su problema. Él quería estar comunicado con su esposa, pero no podía estar fuera de la fábrica todo el día.
Un día, Antonio recibió un telegrama. Fue entonces cuando se le encendió la lamparita. Si su mujer pudiera mandarle un telegrama desde su casa usando el código morse, siempre estarían conectados. Pero había un problema: su mujer no sabía ese código y estaba muy enferma como para aprenderlo en ese momento.
Antonio se pasó días dándole vueltas a la idea, hasta que otra lamparita se encendió en su cabeza. ¡No puedo esperar más! -dijo- y fue corriendo a contárselo a su mujer.
- Querida, he tenido una gran idea -dijo Antonio-. Voy a crear para ti el primer telégrafo parlante.
- ¿Qué? -dijo la mujer, un poco extrañada.
- No tendremos que aprender morse. Crearé un telégrafo que hable. En vez de escribir en ese código raro que es el morse, podrás hablar directamente al aparato y yo recibiré tu mensaje.
Antonio trabajó durante semanas en su invento, hasta que finalmente lo consiguió.
Esto podría cambiar la historia -pensó satisfecho-. Y me hará muy rico. Tendré que patentarlo, para que nadie utilice mi idea sin pagar por ello.
El problema es que Antonio no tenía dinero suficiente para patentarlo, así que fue a visitar a una empresa. Los empresarios le dijeron que no le veían futuro a esa absurda idea de un telégrafo parlante, al que Antonio llamaba teletrófono.
Antonio intentó conseguir ayuda económica para patentar su invento, pero antes de conseguirlo, un tal Alejandro, se le adelantó y se atribuyó el mérito de haber inventado el telégrafo parlante.
Finalmente, ese tal Alejandro, de apellido Graham Bell, fue denunciado y, aunque no llegó a pagar por su delito, muchos años después, el mundo reconoció a Antonio Meucci como el verdadero inventor del telégrafo parlante, un aparato que ahora conocemos como teléfono y que ha cambiado el rumbo de la historia.
FIN
En una hoja copiamos y respondemos las siguientes preguntas.
A) ¿Crees que es importante que se halla inventado el telefono? ¿por que?
B) Desde el primer telefono creado hasta los que conocemos hoy en día ¿hubo cambios? ¿cuales?
C) En la actualidad ¿cual es la forma de comunicación que mas usamos para transmitir un mensaje a alguien que está lejos de nuestra casa?
ACTIVIDADES PARA SEXTO GRADO
Leemos el siguiente cuento
Max era el último niño sobre la faz de la tierra. Todos los demás habían desaparecido. Todo había desaparecido. Solo quedaban él y su pequeño refugio montañoso. Apenas le quedaban provisiones para una semana cuando unos extraterrestres llegaron en una nave espacial y se lo llevaron.
Al principio Max tuvo miedo. Luego pensó que iban a salvarlo, y eso lo tranquilizó. Pero justo antes de subir a la nave se dijo:
-Al menos tengo una oportunidad de sobrevivir. Tengo que aprovecharla.
Al principio los alienígenas no fueron demasiado amables. Querían estudiar al terrícola, como ellos lo llamaban. Fue cuando Max descubrió que hablaban el mismo idioma cuando les dijo:
-Me llamo Max. Gracias por salvarme. Sé que quieren estudiarme. Los ayudaré en lo que pueda.
Los alienígenas se quedaron sorprendidos. No esperaban que el terrícola colaborase por voluntad propia.
-Queremos saber sobre la forma de vida de tu especie -le dijo uno de los alienígenas-. Pero eres solo un niño. No creo que sepas mucho.
-He visto al llegar que tienen libros, muchos libros -dijo Max-. ¿Son libros terrestres?
-Sí, pero no los sabemos leer -dijo el alienígena.
-Yo se los leeré -dijo Max.
-¿Con leer te refieres a decodificar el código? -preguntó el alienígena.
-Algo así -dijo Max-. También puedo enseñarles a leer, es decir, a decodificar lo que dicen esas páginas.
-Muchas gracias -dijo el alienígena.
-¿Han encontrado más como yo? -preguntó Max.
-En tu planeta no -dijo el alienígena-. Ya habíamos perdido la esperanza cuando por fin te encontramos. Te vamos a llevar a un planeta similar al tuyo donde viven algunos de tu especie. Fueron allí hace mucho tiempo y necesitan ayuda. Hace mucho que perdieron el contacto con tu planeta.
-¡Qué alegría! -dijo Max-. Aún queda esperanza.
-Esperemos que este planeta les dure un poco más -dijo el alienígena.
-¿Qué ganan ustedes con esto? -preguntó Max.
-Conocimeinto, joven amigo, conocimiento -dijo el alienígena-. Eso y la satisfacción de saber que estamos haciendo algo bueno por otras formas de vida. Esperamos que esas otras formas de vida hagan lo mismo para poder vivir en paz.
Max leyó para sus nuevos amigos muchos libros de camino a su nuevo hogar, y les enseñó a leer para que ellos mismos pudieran extraer todo el conocimiento que se almacenaba en todos aquellos libros salvados de la destrucción.
Cuando finalmente llegaron a su destino, Max les dio las gracias por todo.
-Recuerda Max -le dijeron-, agradecimiento, respeto y bondad son los ingredientes para vivir en paz.
Max se despidió, sintiéndose profundamente dichoso por la nueva oportunidad que aquellos alienígenas le habían brindado. Un futuro lleno de oportunidades que se extendía a sus pies. Podía empezar de nuevo. Y con ese pensamiento dijo en voz alta:
-¡Adelante!
FIN
En una hoja copiamos y respondemos las siguientes preguntas.
A) ¿Conoces algún tipo de código? Si conoces uno ¿cual es?
B) ¿Un código es igual que una contraseña? Si crees que es igual ¿porque?
C) Según los alienígenas ¿cuales son los ingredientes para vivir en paz?
D) ¿Crees que usamos esos ingredientes en nuestro planeta?