PRÁCTICAS DEL LENGUAJE
5to.A y B. Srta. Roxana.
Fecha: 13/07/20
ACTIVIDADES:
*Lectura
de la fábula.
*Buscar
en el diccionario las siguientes
palabras: zalamera, altanero, complacido, tramposo. Escribe el significado de cada una en la carpeta.
*No copies
la fábula, pero si las consignas.
*Recuerda
escribir el título, la fecha y el nombre en la hoja de carpeta.
*Escribir
con lapicera azul o negra
FÁBULA
La zorra y la cigüeña
Esta semana vamos a seguir
leyendo fábulas
Los
protagonistas de la fábula que van a leer hoy son una zorra y una cigüeña.
¿Recuerdan cómo son estos animales?
¿Y sus bocas?
Esta
es una información importante para la historia: la zorra tiene un hocico y la
cigüeña, un pico muy largo y puntiagudo.
1. Ahora
sí les pido que lean la fábula de la zorra y la cigüeña. Pueden hacerlo solas y
solos o pedirle a alguien que las y los acompañe en la lectura.
La zorra y la cigüeña
Hacía
mucho tiempo que la zorra y la cigüeña no se veían, cuando un día se
encontraron por casualidad. A la zorra le molestaba el airecito altanero con
que caminaba la cigüeña y se le ocurrió hacerle una broma.
Después de saludarla amablemente, la muy
astuta le dijo, zalamera:
—Para
celebrar nuestro feliz encuentro, te invito a cenar a mi casa.
La
cigüeña aceptó complacida creyendo en la sinceridad de la invitación y, poco
después, estaban las dos conversando tranquilamente en casa de la zorra. Cuando
la cena estuvo lista, la anfitriona hizo pasar a su invitada al comedor. Una
exquisita y fragante comida las esperaba.
Pero
la maligna zorra había servido todo sobre platos lisos como la palma de la mano
y, mientras ella comía a dos carrillos, la pobre cigüeña, con su largo y
puntiagudo pico, no pudo probar bocado.
Como
era muy educada, disimuló su malhumor y fingió que le había agradado la cena.
Pero–de más está decirlo– se
dio perfecta cuenta de la pesada broma de su vecina.
Poco
después, volvió a pasar la cigüeña frente a la casa de su astuta amiga y, luego
de saludarla, le preguntó:
-¿Estás
ocupada hoy?
—No,
mi querida —respondió la zorra.
—Entonces
—propuso la cigüeña, con falsa amabilidad—, me encantaría invitarte a cenar a mi
casa. Quiero devolverte la atención que tuviste conmigo.
La
zorra pensó que era una excelente oportunidad para comer bien sin gastar un
centavo y aceptó complacida.
Llegaron
a la casa de la cigüeña y, luego de charlar un rato, la anfitriona hizo pasar a
su invitada al comedor.
También
aquí las esperaba una riquísima comida, pero no sobre platos lisos, sino dentro
de panzudas botellas de largos y finos cuellos. Desde luego, la cigüeña devoró cuanto
quiso, porque con su larguísimo pico podía llegar hasta el fondo de la botella.
La zorra, en cambio, pasaba y repasaba su hocico por el borde, estiraba la
lengua y solo lograba lamer el frío vidrio.
—Por
lo visto, amiga zorra, te ha gustado mi comida tanto como a mí me gustó la
tuya.
Sin
chistar y con la cola entre las patas, la zorra se volvió a su casa con la
panza vacía.
El tramposo no puede protestar cuando le
devuelven su trampita.
(Versión libre de la fábula de Esopo)
RESPONDE:
2. Ahora
piensen en esta historia. ¿La conocían?
3-
Cuando la cigüeña fue a la casa de la zorra no pudo comer. ¿Por
qué? ¿La zorra no se dio cuenta de que esto iba a pasar o lo hizo a propósito?
4-
¿Cómo se dan cuenta?
5-
Cuando la cigüeña invitó a la zorra a su casa tenía un plan. ¿Cómo
se dan cuenta? ¿Cuál era el plan de la cigüeña?
6-
¿Logró su objetivo?